En España la supuesta precariedad de la memoria histórica no se debe a desconocimiento sino a la persistencia de una moral de vecindad que incapacita para superar el conflicto de la guerra civil en la medida que lo reproduce constantemente a nivel retórico. Si el establecimiento objetivo de los hechos es la misión del historiador, corresponde a la literatura describir las causas y efectos de la denegación.