Nagore Ipiña Larrañaga, decana de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de Mondragon Unibertsitatea, responde este mes a la pregunta del año.
Opina la autora que el sistema educativo de Euskal Herria necesita generar propuestas pedagógicas y crear contextos transformadores que respondan a nuevas formas de hacer y de pensar. Se deberían diseñar, desarrollar y evaluar contextos educativos más creativos, humanizadores, sistémicos, flexibles, porosos y conectados. El sistema educativo vasco del siglo XXI ha de alimentar el pensamiento desde la utopía y ponerlo en diálogo con la realidad del día a día, siempre con el objetivo de prepararnos ante los retos globales de tipo ambiental, social y económico.
Desde su posición como formadora de futuros profesores, Nagore Ipiña se pregunta qué docentes necesitarán las futuras generaciones, a lo que responde: “sujetos activos, con un pensamiento crítico, analítico y autónomo, comprometidos con el desarrollo de sí mismos y con la profesión, creativos y transformadores, personas dispuestas a afrontar los nuevos e inciertos retos; personas que impulsen el euskera y la cultura vasca en una sociedad multilingüe y multicultural, y que amplíen los valores cooperativos hacia la justicia social”.
