Laburpena
En 1244 un grupo de mujeres piadosas, procedentes de familias burguesas de Pamplona, se recogieron en una casa conocida con el nombre de San Miguel del Valle Claro en Barañain, cabo Pamplona. Algo más tarde, el 27 de octubre de 1247, el obispo de Pamplona, Pedro Ximénez de Gazólaz, las trasladó al convento de San Pedro de Ribas, que los franciscanos habían dejado al pasar al nuevo convento, situado dentro de la ciudad. El citado obispo les hizo entrega de la Regla de San Agustín y de forma ininterrumpida permanecieron en dicho convento hasta bien entrado el siglo XVIII, momento en que tuvieron que abandonarlo temporalmente a causa de la Guerra de la Convención. La documentación medieval pasó en su casi totalidad al Archivo Histórico, primero de Alcalá de Henares y después de Madrid, con motivo de la Desamortización de Mendizábal. Ofrecemos al lector la transcripción rigurosa del fondo antiguo, que comprende 27 piezas redactadas en latín, 10 en lengua occitana y el resto, 23, en romance de Navarra. Los documentos occitanos tienen como contenido principal transacciones de bienes, están íntimamente ligados al carácter de la sociedad burguesa de Pamplona y llegan hasta la primera mitad del siglo XIV, momento en que esta población de expresión occitana se asimila a la oriunda de Navarra.
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